El dólar recuperó parte de sus pérdidas frente a la mayoría de sus principales contrapartes el martes, y el yen japonés se estabilizó cerca de su máximo de siete meses frente a la moneda estadounidense. Esto se produjo después de un período de movimientos significativos que se revirtieron un poco, lo que trajo una sensación de calma a los mercados.

 

El dólar subió un 0,39% a 144,73 yenes, tras cinco sesiones consecutivas de depreciación frente a la moneda japonesa. El billete verde ha perdido cerca de un 6% frente al yen en los últimos cinco días de negociación.

 

Los mercados de valores también experimentaron una reevaluación, con el índice de referencia Nikkei de Japón ganando un 10% el martes tras una caída del 12% el día anterior. Las acciones europeas también intentaron recuperarse.

 

"Parece que algunos de los recientes movimientos del mercado fueron exagerados", dijo Karl Schamotta, estratega jefe de mercado de Corpay.

 

"Estamos presenciando una disminución de la demanda de activos refugio y un retorno a los patrones normales de negociación en la mayoría de las principales monedas", señaló.

 

La reciente fortaleza del yen fue impulsada por una mayor volatilidad, lo que provocó que los inversores desmantelaran las populares operaciones de carry trade, una tendencia exacerbada por el aumento de la tasa de interés del Banco de Japón el viernes.

 

Las operaciones de carry trade, que implican endeudarse en economías con tasas de interés bajas como Japón o Suiza para invertir en activos de mayor rendimiento en otros lugares, dependen de una baja volatilidad.

 

"Esta situación estaba a punto de estallar, considerando el posicionamiento extremo que hemos visto durante algún tiempo", explicó Schamotta.

 

"Sin embargo, parece que la mayor parte de la reversión de las operaciones de carry trade ya se ha producido. Los recientes movimientos significativos del mercado probablemente fueron suficientes para expulsar a los jugadores más apalancados", agregó.

 

El franco suizo se mantuvo relativamente sin cambios frente al dólar después de subir alrededor del 4% desde el 29 de julio.

 

De manera similar al yen, el franco suizo, una moneda de financiación preferida para las operaciones de carry trade, ganó mucho desde mediados de julio a medida que se desmantelaban esas operaciones, impulsadas por las entradas de activos de refugio seguro el lunes.

 

La combinación de la reversión de las operaciones de carry trade, los datos de empleo estadounidenses más débiles de lo esperado el viernes y las ganancias decepcionantes de las principales empresas tecnológicas desencadenaron una venta masiva de acciones globales, lo que respaldó aún más la reversión.

 

El martes, el dólar también recuperó terreno frente al euro y la libra, con el euro cayendo un 0,2% a 1,093 dólares después de haber alcanzado un máximo de siete meses de 1,1009 dólares durante la turbulencia del lunes.

 

La libra esterlina cayó un 0,67% a 1,2688 dólares, afectada por el recorte de tipos del Banco de Inglaterra la semana pasada, que erosionó una de sus anteriores fortalezas para el año.

 

Los movimientos del mercado de divisas también se ven influenciados por los operadores que intentan anticipar la política de la Reserva Federal de Estados Unidos en las próximas reuniones.

 

Los operadores esperan ahora 110 puntos básicos (pb) de flexibilización por parte de la Fed este año, con alrededor de un 76% de posibilidades de un recorte de 50 pb en septiembre, por debajo del 85% del lunes, según la herramienta CME FedWatch.

 

Los responsables de la política monetaria del banco central estadounidense indicaron el lunes que los datos de empleo más débiles de lo esperado en julio no denotan una caída libre recesiva para la economía, pero también advirtieron que la Fed tendría que recortar las tasas para evitar tal resultado.

 

El dólar australiano subió un 0,42% a 0,6521 dólares, tras los comentarios de la gobernadora del Banco de la Reserva de Australia, Michele Bullock, quien indicó que los recortes de tasas no eran inminentes.

 

El banco central de Australia, como se esperaba, mantuvo estables las tasas de interés el martes, al tiempo que reiteró que no se descartan opciones en sus esfuerzos por controlar la inflación.